Skip to main content

Síntesis del último día del retiro – Testimonio

Temas trabajados:

  • Encuentro con el guía interno
  • Elaboración de aforismos

El guía interno mantiene un poco la forma en la que meses atrás se apareció. El personaje mítico de Naylamp que aparece de diferentes maneras en la historia de la Cultura Moche pero especialmente en el cuchillo ceremonial llamado Tumi.

La imagen del dios Naylamp tiene varios significados, ya que por una parte Naylamp era un dios procurado para pedir fuerza y paradójicamente procurado también para pedir que ayude a sosegar las fuerzas incontrolables del clima y de las tempestades. Las leyendas sobre su rol lo relacionan a la fundación de reinos o señoríos y debido a su aparición en el mar se le relaciona al agua y los pescadores; pero sus orígenes acaban siendo un misterio y como muchas deidades y personajes mitológicos, sus poderes se acaban mezclando con los de otros dioses.

Lo cierto es que su existencia es muy antigua y sus historias aún sobreviven especialmente al norte del Perú y sur del Ecuador. Su figura representada en el cuchillo ceremonial recorre el mundo y las personas no terminan de conocer o comprender su significado. Me abrazo a él como guía espiritual llena de fe y esperanza, sabiendo que además de que puedo confiar en que me proporcionará la fuerza espiritual que necesito, me arrastra nuevamente hacia mi ancestralidad, hacia la tierra. Siempre pensé que mi proceso de migración se justificaba en el trabajo de mi esposo y las circunstancias que nos hicieron salir de la “tierra” para emprender nuevos caminos. Hoy descubro que mi proceso de migración es una huída, una huída en busca de paz tal como los refugiados que son obligados a migrar por causa de los conflictos bélicos de sus países. Tal vez haya sido una fuerza desconocida la que me empujó a salir y alejarme del dolor y del sufrimiento de mi familia, en busca de la paz interior, en busca de respuestas que tal vez imaginaría encontrar en otras cosas, en otros lugares. Y claro, sigo huyendo, llevando una mochila de recuerdos de la que todavía no me puedo liberar, llevando una historia, la historia de mi familia y la historia de mi país. Ahora siento que no hay retorno. La única verdad es lo que soy, quién soy: soy mujer, soy inmigrante, soy indígena: a partir de ahí me abro camino, llego, ayudo y aprendo (aforismo).

Me espera un camino duro y difícil porque voy a intentar ser lo más coherente posible entre mis pensamientos y mis acciones, eso significa hacer un esfuerzo consciente por estar siempre con el corazón abierto, libre de prejuicios, libre de resentimientos y libre de cualquier tipo de violencia. Me lo voy a repetir día a día y voy a intentar llevarlo a la práctica en todos los ámbitos de mi vida: como madre, como esposa, como hija, como hermana, como amiga, como vecina y especialmente como ciudadana. Dentro de ese camino quisiera tener la paciencia para entender a mi hija, para conocerla y mirarla de ojos limpios, quiero la fuerza para no protegerla demasiado pensando que así no sufriría lo que yo sufrí, quiero la sabiduría para responder con amor a sus necesidades, a sus preguntas, poderle mostrar sin miedos la cara buena y la cara mala de este mundo. Quiero que sepa siempre lo importante que fue para mí que ella nasciera y que yo nascí junto con ella. Morir y nascer es siempre una acción, es parte nuestra, nos transformamos. Hoy aquí algo murió y algo renació porque siempre precisamos destruir algo para que algo nuevo vuelva a nascer.

Sandra Morales
15/03/2020

  • Acessos 520

Compartilhe este conteúdo com seu contatos!